La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) levantó hoy las protestas que empezaron hace 18 días tras obtener algunas de las mejoras que le reclamaba al Gobierno ante el aumento del costo de vida, anunció la organización junto a representantes del Gobierno en el marco del diálogo mediado por la Iglesia católica.
De acuerdo a lo informado en una conferencia de prensa en la sede de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana en Quito, el Ejecutivo aceptó reducir 5 centavos de dólar adicionales a los 10 que ya le había quitado al precio al combustible.
El Gobierno se comprometió además a derogar el estado de excepción vigente, dictaminado por el presidente Guillermo Lasso en las provincias donde se «concentran la mayoría de actos violentos» de las protestas.
De esta manera quedaron sin efecto esta medida en las provincias andinas de Imbabura y Azuay y en las amazónicas de Sucumbíos y Orellana.
Además, se instalará una mesa de diálogo que durará 90 días para terminar de negociar otras mejoras.
Los indígenas iniciaron el reclamo el 13 de junio para exigir una reducción del precio de combustibles, el control de precios de productos agrícolas y la suspensión de actividades mineras y petroleras en territorios nativos.
El Gobierno, atendiendo a los reclamos, bajó en 10 centavos el valor del diésel (1,80 dólares) y la nafta corriente (2,45), pero la Conaie lo consideró insuficiente y obtuvo esta reducción adicional.
A la sede la Conferencia Episcopal Ecuatoriana asistieron hoy el ministro de Gobierno, Francisco Giménez; el ministro de Relaciones Exteriores, Juan Carlos Holguín; y el secretario de la Administración Pública, Iván Correa, informó el diario El Comercio citando a la ECC.
Mientras que en representación del movimiento indígena estuvo el presidente de la Conaie, Leonidas Iza.
También participaron de la reunión el presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, monseñor Luis Cabrera; y los presidentes de la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras del Ecuador (Fenocin), del Consejo de Pueblos y
Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador (Feine), y los rectores de la Universidad Salesiana, entre otros.
La previa
«En función de devolver la tranquilidad al pueblo ecuatoriano hemos decidido aceptar el proceso de mediación que ahora va a impulsar la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE)», sostuvo el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez.
La CEE determinó «la metodología, los actores y los representantes, para que podamos llegar a una solución definitiva de este conflicto», que comenzó el 13 de junio pasado.
El líder de la Conaie, Leónidas Iza, confirmó de inmediato que va a participar, aunque destacó que hace un año que vienen dialogando con las autoridades sin que haya resultados.
«Si venimos acá, después de un año de dialogar, venimos diciendo: no más diálogo sino resultados», pidió Iza en un vídeo publicado en la red social Twitter.
«Participaremos para concluir con este diálogo. Invitamos a las autoridades del estado a no poner más pretextos, no más condiciones, nosotros jamás hemos puesto condiciones, siempre hemos dicho que hacen falta garantías, de un lado y del otro, para que lo que se habla se cumpla», señaló
Y agregó: «Sea en este tiempo o en el tiempo que sea necesario: garantías, no condiciones».
El Ejecutivo rompió hace dos días las negociaciones con la poderosa Conaie luego de acusar a manifestantes de un ataque a un convoy de policías y militares en la amazónica provincia de Sucumbíos.
En ese choque un militar murió y otros 12 resultaron heridos. En el contexto de las protestas también fallecieron cinco civiles, según distintas organizaciones de derechos humanos.
Los diálogos empezaron el lunes pasado luego de más de dos semanas de protestas, que tuvieron su punto más violento entre jueves y viernes de la semana pasada en Quito, la capital ecuatoriana.
«Reiteramos que la voluntad del Gobierno nacional es primero garantizar la paz de los ecuatorianos y en función de ese criterio no dejaremos de tomar las acciones que permitan llegar por la vía del derecho y del respeto de las constitución a esa paz tan anhelada», apuntó Jiménez, según consignó la agencia de noticias AFP.
Fin al nuevo estado de excepción
El Gobierno de Ecuador decretó ayer el estado de excepción en las provincias andinas de Imbabura y Azuay, y en las amazónicas de Sucumbíos y Orellana, ante una «grave conmoción interna» generada por actos violentos en el marco de las protestas sociales que duraron 18 días.
Mediante un decreto ejecutivo, el presidente ecuatoriano, el conservador Guillermo Lasso, declaró que el estado de excepción, que iba a durar 30 días, «busca garantizar la seguridad de la ciudadanía, la provisión de alimentos, combustibles y de otros servicios afectados por las protestas».
La promulgación del Estado de excepción de ámbito parcial fue el tercero que decretó el presidente Lasso desde el inicio del «paro nacional indefinido» que convocó desde el pasado 13 de junio la Conaie contra las políticas económicas del Gobierno, que tilda de neoliberales.
Pero hoy quedó sin efecto, ya que se levantó el paro. Poco a poco todo volverá a la normalidad en Ecuador.